"El vino respira, la nariz es aérea y se anima en el juego en espiral con toques de angélica, flores secas, piña, coco, canela, cacao y tabaco. La amplitud surge en boca, la complejidad esta a flor de piel, terrenal, ahumada, nacarada, guiada por la calidez tónica de una especia pimentada. La intensidad aumenta y se funde: el corazón es redondo y profundo, afrutado, de una madurez exótica, ligeramente anisada. En el final de boca, esta presencia se vuelve aun mas táctil, turbadora, mientras que la especia persiste, moderada, asada, yodada."
Richard Geoffroy
Chef de cave de Dom Perignon
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